Por IRVING MATOS En un concurrido encuentro con la prensa y los servidores de la Alianza por el Rescate de Barahona –ARBA-, que postula a Praede Olivero Féliz a la sindicatura de Barahona, la diputada Minú Tavárez Mirabal expresó su apoyo a este movimiento político independiente y a su candidato.
Tomando como lugar de reunión la Casa de Ángel Luís Patnella, comandante del frente guerrillero Francisco del Rosario Sánchez, que operó en las lomas de Enriquillo en el año 1963, bajo el comando general de Manolo Tavárez Justo, su hija, procreada con la heroína Minerva Mirabal, expresó que el país vive una recomposición de fuerzas.
Señaló que es evidente la crisis y división del PRD y las contradicciones profundas del PLD, creándose una situación favorable para que surjan nuevas fuerzas y se produzca un cambio en la República Dominicana.
Atacó la impunidad imperante en el país, sin que aparezcan evidencias de que la situación pueda cambiar con la dirección de los que han manejado el Estado y criticó las políticas que se aplican contra los más necesitados.
El anfitrión rememoró sus vínculos históricos con Manolo Tavárez Justo y el Movimiento Revolucionario 14 de Junio y sus ideales, a los cuales sigue fiel.
Recordó a Minú que la conoció muy pequeñita cuando visitó a su padre en su hogar de Santo Domingo y que le dio un beso en la frente y luego la cargo.
La memoria de Patnella volvía al pasado, dando vida a cada encuentro con su líder y a las visitas que éste le hizo a Barahona, en las que hablaban largas horas, el sentado en su cama y Manolo en una silla.
Los presentes, atentos, en especial la prensa, seguían los gestos, expresiones y palabras de los interlocutores y sus historias, estaban reviviendo la historia que otros habían contado y que ahora actores presentaban dándole nueva vida.
La presencia de catorcistas, de combatientes constitucionalistas y otros revolucionarios, daban mayor contenido a esta página de la historia que se escribía al caer la noche del sábado 25 de octubre del año 2014, adornada por la llamada de Bacho para Minú.
Una suculenta cena y las despedidas constantes, indicaban que aunque el encuentro formal había terminado, los presentes no querían irse y se acercaban a Minú, posaban y se fotografiaban, era sujeto de orgullo y admiración, por méritos propios y por el peso de la impronta heroica de la raza inmortal, que también siguen Praede y el ARBA.