MUSICA CLASICA!
Johann Strauss, The Best of
Strauss, 2 horas y 42 minutos con el rey del vals de todos los tiempos.
Música de los grandes maestros que nos llevan a un maravilloso mundo
mágico.
Les invitamos a escucharlos en Youtube, escribiendo “The Best of Strauss”
BIOGRAFIA JOHANN STRAUSS
Biografias y Vidas/Tomado de http://www.biografiasyvidas.com
Johann Strauss
(Viena, 1825-id., 1899)
Compositor, violinista y director de orquesta austriaco. Conocido como
«el rey del vals», Johann Strauss II o segundo (así llamado para
diferenciarlo de su padre, el también compositor Johann Strauss) formó
parte de la dinastía de músicos que convirtió esta modalidad de baile en
un símbolo de Viena.
Niño prodigio, compuso su primer
vals cuando sólo contaba seis años. No obstante, su dedicación a la
música encontró la firme oposición de su progenitor, que quería que
fuese comerciante. Sin embargo, gracias al apoyo de la madre, pudo tomar
lecciones de violín y composición en secreto y dedicarse a la música.
Johann Strauss
A los diecinueve años fundó su
propia orquesta, que compitió en éxito con la de su padre. A la muerte
de éste en 1849, ambas orquestas se unieron en una sola bajo la
dirección del joven Strauss, que dio conciertos con gran éxito en las
principales ciudades de Francia, Alemania, Inglaterra, Rusia y los
Estados Unidos. Aclamado en todo el mundo, en 1863 fue nombrado director
de la música de baile de la corte de Viena.
Ese mismo año, después de su
matrimonio con la cantante Jetty Treffe, confió la dirección de su
famosa orquesta a sus hermanos Eduard y Joseph. A partir de entonces se
consagró a la composición de operetas, con títulos como El murciélago
(1874) y El barón gitano (1885), y de valses: El Danubio azul (1867),
Rosas del sur (1880), El vals del emperador (1889) y Voces de primavera
(1883) son algunos de sus valses más populares.
El Danubio azul es considerada
como la más importante de las 498 composiciones de danza compuestas por
el “rey del vals”. Consiste en una introducción (44 compases) del vals
propiamente dicho, dividido en cinco partes, algunas de las cuales va
precedida de una “entrada” para terminar en una extensa “coda” de 148
compases. Allí se afirma el carácter decididamente rítmico de la
melodía, orientada directamente, incluso con su variedad de acentos y de
movimientos, a los fines de la danza. Bajo este aspecto, la obra
constituye un verdadero modelo en su género. En el bello Danubio azul
(tal es su título original en alemán) pudo escucharse por primera vez en
1867, pero no tal como hoy lo conocemos, sino en una versión coral. La
orquestal, desde el mismo momento de su estreno (1890), tuvo una acogida
triunfal que no ha remitido con el tiempo.
De sus operetas, debe destacarse
la opereta en tres actos El murciélago, representada por vez primera en
Viena, en el teatro An Der Wien, el 6 de abril de 1874. La acción
transcurre en un balneario termal junto a Viena, donde una joven casada,
muy sensible a los requerimientos amorosos de un tenor, lo recibe en su
casa en ausencia del marido. Pero la policía, que está buscando al
marido, se presenta en la casa y detiene en su lugar al tenor. Aclarado
el equívoco que, a su vez, da lugar a otros divertidos quid pro quos, el
asunto termina, como no podía menos, de la mejor manera posible. El
título deriva del apodo de “Murciélago” que le dan al director de
prisiones, por haberse disfrazado de esta guisa para asistir a un baile
de máscaras.
El Murciélago es la opereta más
típicamente vienesa y, en la historia de esta forma teatral, marca
efectivamente una fecha, por llevar a escena por primera vez hombres
actuales y cotidianos, que viven la vida de su tiempo cantando
alegremente vestidos a la moda del día, en lugar de personajes
imaginarios, ataviados de manera fantástica, ya fuesen históricos, ya
mitológicos. El Murciélago debe además su importancia al hecho de haber
iniciado la opereta-vals, característica de Johann Strauss hijo, y de
sus sucesores, los operetistas vieneses y alemanes en general. En
efecto, en El Murciélago, el vals está elevado al nivel de generador
lírico de la opereta entera, y sobre todo en el segundo acto (la fiesta
en el jardín) anima la escena con la inagotable riqueza de sus melodías.