El gran Gatsby
Fitzgerald , Francis Scott
Tomado de http://www.anagrama-ed.es/titulo
¿Quién es Gatsby, el personaje que da
nombre a uno de los mitos creados por la novela del siglo XX? Jay Gatsby
es un misterio, el hombre que se inventó a sí mismo y ha montado una
inmensa fiesta para reconquistar a la deslumbrante Daisy Buchanan, que
una vez lo quiso. Nadie sabe de dónde ha salido.
Estamos en la primera hora de la Edad
del Jazz, en los felices y cinematográficos años veinte, en Nueva York,
tiempo de diversión y emoción, orquestas y tiroteos.
Gatsby vive en una fabulosa casa de Long
Island, y a sus bailes acude «el mundo entero y su amante», cientos de
criaturas a quienes no hace falta invitar, insectos alrededor de la luz
del festín. La puerta está abierta, y la atracción más enigmática del
espectáculo es el dueño de la casa, un millonario que quizá sea un
asesino o un espía, sobrino del emperador de Alemania o primo del
demonio, héroe de guerra al servicio de su país, los Estados Unidos de
América, o simplemente un gángster, un muchacho sin nada que se
convirtió en rico.
Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie.
En el verano de 1922, buen año para la
especulación financiera y la corrupción y los negocios que se confunden
con el bandidismo, parece que sólo hubo fiestas y reuniones para comer y
beber, y que pocas veladas acabaron sin perturbación.
Hay amantes que rompen con una llamada
telefónica la paz de un matrimonio, y una nariz rota, y un coche que se
hunde humorísticamente en la cuneta, y un homicidio involuntario, y un
asesinato, pero la diversión recomienza siempre.
Jay Gatsby es un héroe trágico que se va
destruyendo conforme se acerca a su sueño: la reconquista de una mujer a
la que dejó para irse a la guerra en Europa. Quiere cumplir su deseo
más inaccesible: recuperar el pasado, el momento en que conquistó a
Daisy Buchanan.
La antítesis del desarraigado Gatsby es
Tom Buchanan, marido de Daisy. Posee una identidad de hierro, sin
discusión, ciudadano de valores sólidos, que cree en la familia, la
herencia, el patrimonio y la supremacía de la raza blanca. Tiene una
capacidad descomunal para imponerse.
Y alrededor de los Buchanan se fraguará
un desgraciado pentágono amoroso, quebrado y desigual, como la sociedad
de la época, tan igualitaria en sus espectáculos y diversiones
democráticas. La revista Liberty se negó a publicar por entregas El gran
Gatsby, a la que consideró una inmoral historia de amantes y adúlteros.
Cuando terminó El gran Gatsby, Francis
Scott Fitzgerald le escribió desde Europa a su editor: «He escrito la
mejor novela de los Estados Unidos de América.» Y, en efecto, es una
obra maestra que fue celebrada en el momento de su aparición, 1925, por
autores como T. S. Eliot, Edith Wharton o Gertrude Stein. Y,
posteriormente, por ejemplo, por Harold Bloom: «El gran Gatsby tiene
pocos rivales como la gran novela americana del siglo XX. Al volver a
leerla, una vez más, mi inicial y primera reacción es de renovado
placer.»