Albert Camus
Federico
Ortíz-Moreno *
Uno de los escritores contemporáneos más leídos y discutidos de la
actualidad.
Hombre de fuerza y de talento. Hombre de férrea voluntad que en sus
obras,
ensayos y dramas representara ese sentimiento interno que muchos, poco
entendieran.
Argelino de origen, francés en su escribir, él fue Albert Camus.
Entre
escritores
Hemos visto que entre nuestros personajes importantes hemos tocado
filósofos, conquistadores, reformistas religiosos, músicos, poetas y,
sobre todo, escritores. También es cierto que, entre estos últimos, los
dedicados al trazo de la pluma, han sido personas con características
muy propias, muy definidas...
Hablar sobre un escritor, tocar el tema de un novelista, literato o
dramaturgo implica siempre conocer un poco más acerca de su vida
personal. Esto ayuda, en cierta medida, a explicar el por qué de tales
escritos, el por qué de tales pensamientos o el por qué de tal o cual
filosofía.
Hoy nos avocaremos a conocer algo más acerca de la vida y obra de un
escritor argelino (que pudiéramos tomar como francés), llamado Albert
Camus, que nos diera entre algunas de sus grandes obras: El
Extranjero, La Peste, La Caída, El Rebelde, Calígula y otras.
Albert Camus
Albert Camus nació el 7 de noviembre de 1913 en Mondovi, pequeña ciudad
de la provincia de Constantina, en Argelia. Su padre era un humilde
agricultor al que no llegó a conocer pues éste moriría en 1914, cuando
el futuro escritor era apenas un bebé de escasos meses de edad.
Su madre, por otra parte, era de origen español; y, tal vez, ella tuvo
mucho que ver en el desarrollo y personalidad de este niño que más tarde
sería conocido en todo el mundo como uno de los grandes escritores y
novelistas de la literatura francesa.
Así, con estos orígenes, mezcla francesa, española, argelina, europea y
norafricana, Albert Camus iría a trazar poco a poco su vida. Las
confluencias, las ideas, los rumbos y los derroteros le marcarían y
dejarían huella. Su vida marcharía por mil rumbos y pronto todos sabrían
de él.
Su niñez
Camus fue un niño inteligente, físicamente no muy fuerte, pero sí con el
verdadero ánimo para interesarse tanto por sus estudios como por los
deportes. Era un niño -se dice- tierno, serio, simpático... Muy
inteligente. Un alumno brillante, aficionado a los deportes,
especialmente al fútbol y a la natación.
Los primeros años de escuela, pudiera decirse, fueron fáciles para el
pequeño Albert, quien al parecer, encontraba tiempo para hacer todo lo
que quería. Excelente jugador de fútbol y excelente nadador, Camus se
entretenía no solamente haciendo goles, portereando, o nadando en
primero o segundo lugar de orilla a orilla. Nuestro personaje se
empezaba a interesar ya por los libros, las novelas y los viajes.
La juventud
En fecha que no pudiera precisar de momento, Camus empieza a estudiar su
bachillerato. Luego, al terminar éste, comienza su carrera universitaria
en la Facultad de Filosofía y Letras de Argel. Sin embargo, las
condiciones eran sumamente difíciles. No cuenta ni tiene recursos
financieros como para estudiar y mantener y ayudar al mismo tiempo a su
madre.
Camus decide entonces dedicarse a toda una clase y serie de trabajos y
ocupaciones. Es oficinista, empleado, vendedor de accesorios para
automóviles, meteorólogo, empleado de oficina de una agencia marítima,
empleado de oficina en una Prefectura (Policía). Todo esto sin abandonar
nunca los deportes ni sus estudios universitarios de filosofía.
Sus primeros años de universitario
Camus es un joven amante y apasionado del teatro. Le gusta la
problemática social, lo interno, lo que va más allá del pensamiento y la
propia existencia cotidiana. Empieza a escribir, pero antes se licencia
en filosofía con una tesis sobre San Agustín y Plotino.
Se interesa luego por ser maestro y catedrático. Aplica y se prepara
para las “oposiciones” como agregado a la Universidad, pero la
tuberculosis que le aqueja le impide presentarse a ellas. Esto no sería
obstáculo para que más tarde se presentase, ya siendo conocido, como
conferencista huésped no solo en esta sino en otras muchas
universidades, tanto de Argel como de Europa.
Camus: los primeros pasos
Desde muy joven, Camus había sentido una verdadera pasión por el teatro.
Aprovecha los ratos de ocio que los médicos le han impuesto (debido a su
enfermedad), para reunir a un grupo de amigos y fundar una compañía a la
que le ponen el nombre de L'Equipe. Camus se convierte en
director y actor.
Más tarde las autoridades prohibirían el que se siguiera representando
una de las principales obras que la nueva compañía estaba llevando a las
tablas. Se trataba de La Révolte des Asturies (“La rebelión de
Asturias”), obra escrita por el propio Camus, y que relata la rebelión
de los mineros de Asturias en 1934, tema de actualidad (en ese tiempo),
y peligrosamente subversivo a juicio de las autoridades.
Sus primeras obras
Camus empieza no sólo a escribir sino adaptar obras de otros autores.
Inicia primeramente con Le temps du Mépris ("El tiempo del
desprecio"), de André Malraux, novela impregnada de tintes e ideas
revolucionarias. Más adelante su compañía representa la obra El
paquebote Tenacity, de Charles Vildrac; La mujer silenciosa,
del dramaturgo inglés Ben Johnson; el Prometeo, de Esquilo (según
versión del propio Camus); y Los hermanos Karamazov, en versión
teatral camusina, donde nuestro personaje interpreta el papel de Iván
Karamazov.
El tiempo pasa, pero ni el teatro ni la literatura agotan sus energías.
Camus empieza a viajar. Visita España, Italia y Checoslovaquia. Su
propósito no es realmente la diversión o el placer turístico. Lo que le
interesa, más bien, es el ampliar sus horizontes y conocer el estilo y
vida de la gente.
Su vida y los viajes
Camus es un hombre perceptivo. Va al fondo de las cosas. Los viajes le
abren esa introspección hacia el sentimiento y el por qué del absurdo.
Muchas cosas pueden suceder, uno tratará de explicarlas, pero tal vez no
se encuentren respuestas. Así será la filosofía o el pensar de Camus.
De los viajes obtiene experiencias, obtiene conocimientos. El viajar le
permite ensanchar el horizonte. Claro, Camus es pobre y no puede darse
el lujo de viajar en trenes de primera o autobuses de primera línea.
Recurre a pasajes ya no de segunda, sino de tercera. Se acomoda y
hospeda en hoteles muy modestos.
Su origen es pobre y esto él no lo olvida. Sus lazos siempre estarán con
los pobres y los humildes. En sus obras siempre se verá esto. Además,
habrá otros datos que indiquen su cuna de pobreza como dato que indica
que al parecer la madre de Camus no sabía leer. También habrá otros
recuerdos que el propio Camus dejaría escritos en diversos artículos.
De sus primeros viajes proceden las páginas descriptivas de su primer
libro, L'envers et l'endroit (“El derecho y el revés”), el cual
aparece en 1937 y que no provoca comentario alguno. Luego, al año
siguiente, publica Noces (“Bodas”), una evocación y poema lírico de esa
cálida y hechizante tierra africana.
Los viajes desnudan el alma
Viajes, lirismo y poesía van siempre acompañados. Esto lo dice Camus.
“La poesía existe con anterioridad a la experiencia absurda”. Los viajes
-para nuestro personaje- son una experiencia. Y esta experiencia de sus
viajes le conduce muchas veces al lirismo, otras veces a lo absurdo.
Para Camus, los viajes desnudan el alma. “El temor es el precio del
viaje. El temor destruye en nosotros una especie de decorado interior.
Ya no es posible engañarse, ocultarse detrás de las horas de oficina y
del taller. Esas horas contra las que tanto protestábamos, pero que nos
defienden tan bien contra el sufrimiento de estar solos)”.
Camus apunta: “¿Qué sería de mí sin mis horas de oficina?”. Luego,
volviendo a lo de los viajes dice: “El viaje nos quita el refugio. Lejos
de los nuestros, de nuestro idioma, privados de todo apoyo, de nuestras
máscaras (no conocemos las tarifas del tranvía, y todo es por el
estilo), estamos por completo en la superficie de nosotros mismos”.
De esta forma nos denudamos. No tenemos otra compañía mas que la de
nosotros mismos. La conciencia, replegada sobre sí misma, sin
protección, recibe mayor impacto y fuerza una serie de impresiones
sensoriales que muchas veces no se pueden manejar. Estas nos aniquilan,
nos aplastan, nos deshacen, nos matan. Será como un hombre en un paisaje
que le es extraño donde sólo el hombre inteligente sabrá sobrevivir.
Sus primeros libros
Sus primeros libros y sus contactos literarios llevan a Camus al
periodismo, primero en Argel y luego en París. Llega la guerra y la
ocupación alemana. Camus se lanza a la resistencia. Inicia
la
publicación de un periódico clandestino, Combat, como redactor en jefe,
y sigue trabajando intensamente en sus novelas y libros de ensayos.
En 1942 la casa editora Gallimard, por consejo de André Malraux, le
publica a Camus su primera novela: L'Etranger (“El Extranjero”,
traducido en algunos países con el título de “El Extraño”. Un año más
tarde, en 1943, aparece Le Mythe de Sisyphe (“El mito de
Sísifo”). La fama de Camus empezaba a cundir.
Otras de sus obras
Las obras de Camus fueron dándose a conocer. Lentamente en un principio,
más aprisa después, el escritor daba a conocer sus nuevas novelas y
libros. Trabaja a un ritmo acelerado, se interesa nuevamente por el
teatro, una de sus máximas pasiones. Así vendrían las representaciones y
puestas en escena de obras tales como Le Malentendu (“El
malentendido”, en 1944; y Calígula, en 1945.
Luego vendría otra de sus grandes obras: L'état de siège (“El
estado de sitio”), en 1947, drama que se desarrolla en la España del
Siglo de Oro; y Les Justes (“Los justos”) que trata acerca de la
conciencia y el drama interior de los revolucionarios, una obra que se
representa allá por los inicios de los años ’50.
Físico, figura y rasgos
El Camus de estos años es un joven pálido, delgado, de cara seria y
delgada, de rente alta y despejada. Cabellos negros y mirada grave. Le
gusta fumar, fuma incesantemente. Trabaja de noche en la redacción del
periódico Combat; por las mañanas se le ve en los cafés.
Camus es un hombre incesante. Asiste a los ensayos de sus obras.
Escribe, redacta, da conferencias. Viaja a los Estados Unidos y va a las
Universidades. Dicta pláticas, seminarios y conferencias. La gente le
acoge con beneplácito. Le queda aún tiempo para ayudar a sus compañeros
de Resistencia.
Su gran amigo es el poeta René Char. Sus maestros son varios. En primer
lugar, él mismo lo aclara está su profesor de la Universidad de Argel,
Jean Grenier; también el filósofo ruso Chestov. Otras influencias en
Camus son André Malraux y Franz Kafka, así como el norteamericano
Melville, autor de Moby Dick.
El yo interno de Camus
Se dice que uno de los rasgos más característicos de Camus era su
fidelidad. Nunca abandonaba a sus amigos. Fiel a sus costumbres, nuestro
personaje jamás abandona sus antiguas inclinaciones. Vive largos años en
París, pero le obsesiona el destino de África del Norte. Escribe mucho
sobre ella, lo mismo que sobre el problema de la Resistencia española.
Sigue interesándose por el teatro, el cual es su vida, es su fuerte. Y
así, cuando no podía escribir teatro, se contentaba con adaptar obras de
otros. Es así como se le ve adaptar luego La devoción de la Cruz, de
Calderón de la Barca; Réquiem para una monja, de William Faulkner; y la
pieza Caballero de Olmedo, de Lope de Vega.
Más y más obras
Camus era un hombre prolijo. En 1947 aparece una de sus obras cumbres,
La Peste, novela dramática que se desarrolla en la ciudad africana de
Orán. Luego, en octubre de 1951 se publica L'Homme Révolté (“El
Rebelde”), libro en el que Camus habla o escribe sobre los problemas
internos del hombre: su rebeldía, la rebelión metafísica, moral,
política y social que va contra su destino, contra la sociedad y contra
la historia.
Luego, en 1958, escribe La Chute (“La Caída”). También un libro
de cuentos llamado L'Exil et le Royaume (“El destierro y el
reino”). Finalmente, en 1957, Camus recibe el Premio Nobel de la
Literatura. Su obra ya había llegado lejos. Ahora Camus estaba frente al
público. Un público que esperaba sus palabras y para quienes el premio
Nobel diría:
“¿Cómo podría un hombre joven, rico en dudas únicamente y cuya obra está
todavía en elaboración, acostumbrado a vivir en la soledad o entre unos
pocos amigos, enterarse sin cierto pánico de una decisión que lo
colocaba súbitamente, solo y reducido a sus propias fuerzas, en el
centro de una luz intensa? ¿Con qué ánimo podría recibir este honor en
el momento en que, en Europa, otros escritores, entre los más grandes,
se ven reducidos al silencio?”.
Lo principal de la obra de Camus
Camus fue un genio de las ideas y el existencialismo. Sus obras muestran
y plasman el sentir de un hombre y un pueblo. El “comprometerse” a la
vida, como el caso de “El Extranjero”. Esa absurda, vacía y llena
de desgracia. Una vida que carece de sentido, fría y superficial en que
los días se pasan sin que haya una razón de ser.
El caso de El Rebelde, ya citado con anterioridad, y una de sus
máximas obras, La Peste, donde habla sobre el problema de la fe,
el llegar a la decisión de tener que aceptar o negarlo todo. Una “peste”
que a todos llega y se impregna hasta en el rincón más profundo del
alma.
La Peste,
una obra realmente profunda, donde se lee: “En Orán, como en otras
partes, por falta de tiempo y reflexión, se ve uno obligado a amar sin
darse cuenta”. Donde uno no sabe si es capaz de morir por amor; un lugar
y un tiempo, como decía el padre Paneloux, donde “ha llegado el
momento en que es preciso creerlo todo o negarlo todo. Y ¿quién de entre
vosotros se atrevería a negarlo todo?”.
Camus: el escritor
Escritor rebelde y comprometido, filósofo profundo que trataba de hallar
su verdad. Un hombre para quien el suicidio no valía la pena, que
pensaba que aunque la vida no tuviera sentido habría que vivirla. No un
fatalista, sino más bien un hombre siempre entregado a la reflexión y
pensamiento. Tal fue Camus.
Artículo aparecido en el periódico “El Porvenir” de Monterrey, México,
el 12 de junio de 1989.